Pero se siente capaz de crear un espectáculo grandioso: un gran circo.
Todo el espectáculo será igualmente grandioso: personajes de todos los colores y figuras… que llamen la atención, que convoquen.
En esa nueva creación todo será nuevo, poco convencional, único.
Y la escena se llena de cuadros cuyos protagonistas llaman la atención por lo poco habituales, inusuales, que cautivan la curiosidad y llenan las sorpresas recientemente aparecidas.
Estos aficionados actores, representan bien, convencen, se mueven bien con la música y las danzas.
Han cautivado a tantos y tantos que se han acercado a ver «de qué se trata» como otras tantas veces de otros tantos años.
¡Enhorabuena!
Redacción: Juan Pérez González, salesiano