La amplia muestra expresiva de la pasión y misterio de Cristo se amplifica cada año.
Han vuelto a desfilar los pasos de la Hermandad, precedidos por la Santa Cena de la Hermandad Salesiana; el paso más grande de España. Aparecen en él los doce apóstoles con Jesús en la última Cena.
Los cuatro pasos que conforman la Hermandad se encuentran cobijados bajo una gran Carpa situada en el patio de la Parroquia con la multitud de costaleros y costaleras, expectantes del momento en que «pasearán» por las vias alicantinas. Esperan la hora de salida y el momento en que una pequeña oración manifestará el sentido de su peregrinaje vial.
Se ha dado la señal, los tamborileros marcan el ritmo y el Gran Trono asoma por el portalón hacia su inicial recorrido. Es tan enorme que los más de doscientos costaleros tienen que vérselas para enderezar su marcha ante la vista de alicantinos y múltiples miradas desde los vecinos balcones.
Pronto le acompañará el Cristo portando su pesada cruz, que cae bajo su peso, también llevado por una multitud de costaleros… Se ha representado de forma sucesiva el desarrollo de los acontecimientos acaecidos en el último día: Jesús que comparte cena con sus discípulos y les anuncia su cruel final bajo el peso del madero… La mirada de los oteadores ven a Jesús llevando un imposible peso.
Los niños y niñas, ajenos al drama que se está representando, darán paso al Cristo Crucificado, llevado por jóvenes; Cristo solo, muerto, rodeado de flores, símbolo de los bellos sentimientos que son capaces estos muchachos y muchachas de manifestar hacia el Jesús muerto cuando llegan a conocerle.
La multiud de Damas de Mantilla precederán al último trono, portador de la madre, la Auxiliadora, provocando emociones, tan arraigada está su memoria en estos lugares: velas y luces ornarán su cercanía a las miradas…
Juan Pérez González
Salesiano