Eran sus compañeros, los pequeños de primero hasta los que finalizaban el quinto año, y sus profesores quienes los despedían a ellos.
Han sido seis años, todos ellos hermosos, vividos en una convivencia agradable, bonita. Cada entrada en el colegio era un acontecer diario natural, asumido con alegría, porque cada grupo se constituía en un «vivir entre amigos y amigas», los amigos de tantos días, siempre dentro y también fuera del colegio.
Estos chicos y chicas se han hecho mayores; tienen un dominio de su propio organismo y su mente se ha despertado a tantos saberes y novedades… Es hora de pasar a otra etapa.
En esta serán los más pequeños, se verán en muchos lugares y se compararán con los «gigantones de los últimos cursos» de la Secundaria obligatoria. Poco a poco se irán pareciendo a ellos.
Los papás tendrán que ir manejando la sabiduría paterna para estar presentes en su desarrollo y conseguir que todo funcione como es debido… Para ello están -cómo no- los profesores, la educación colegial, la presencia de quien conoce el camino y dirige con mano segura y firme.
Para eso está el colegio, el colegio de don Bosco, los valores educativos salesianos, las celebraciones de la vida, los acontecimientos «que recuerdan y alientan…» ¡¡Para eso estamos todos los que decimos «ser comunidad educativa».
Juan Pérez González
Salesiano