En principio se les pilló de improviso; pero, vista la cosa, se iniciaron las posturas.
La cámara ha pillado a los muchachos y muchachas mayores de improviso, tal como se comportan en los recreos entre entre y clase…
El recreo es lugar para el descanso, lugar para el encuentro, para la charla espontánea que revisa las distintas situaciones, que comenta lo acontecido en el aula… es también momento para repasar lo estudiando ante el pronto examen.
En los recreos están -especialmente- agrupados por amistad, por sintonía, pero también están los tutores, los profesores, están presentes los salesianos que ya se dedican a menesteres colaterales al estar jubilados… El recreo es para convivir y aprender.
Así lo valoró don Bosco, quien siempre estuvo entre los muchachos, cercano a sus asuntos, cercano a ellos mismo.
Y no escatimò palabras apropiadas a cada uno cuando lo requirieran las circunstancias.
En esto consiste un recreo, la vida en los patios… el día a día.
Redacción: Juan Pérez González, salesiano