La escribe una alumna de Salesianos-El Campello.
Supongo que esto es lo mínimo que puedo hacer para agradeceros, escribiros una carta.
No quería que fuera una carta triste, pero sinceramente, me pongo ñoña muy rápido.
Me habéis enseñado muchas cosas, pero lo más valioso que he aprendido con vosotros es saber sonreírle a la vida. De verdad, no hay palabras para agradeceros todo lo que habéis hecho por mí.
Aunque digan que los que más nos influyen son nuestra familia o amigos, vosotros, los profesores, me habéis ayudado a «construirme» de una manera que no os imagináis. Y aunque no lo sepáis, me habéis dado impulso en momentos en los que más lo necesitaba, incluso sin daros cuenta. Para mí, la mayoría sois algo más que extraños poniéndome deberes, para mí habéis sido uno de los pilares fundamentales en mi formación como persona y en la creación de mi pensamiento. Soy la persona que soy, en gran parte, gracias a Salesianos.
También, gracias a esta casa, he conocido a algunas de las personas más importantes en mi vida, he vivido posiblemente mi etapa más feliz hasta el momento, me he enfrentado a situaciones de lo más estrafalarias y he adquirido valores realmente preciados.
Gracias por regalarme tantas risas y buenos momentos, y gracias también incluso por los malos. Gracias por las bromas por los pasillos, por los viajes, por los buenos días, por las fiestas, por todo vuestro trabajo y sacrificio, por ser vosotros. Gracias por todo.
Por favor, nunca perdáis vuestra esencia. Aunque al principio me riera cuando decíais que esto era una familia, al final me he dado cuenta de que teníais toda la razón. Gracias por darme la oportunidad de conocer y formar parte de esta casa. Ojalá sigáis haciendo lo mismo con muchos niños más, porque aunque parezca que algunos no lo valoran, la mayoría aprecian mucho todo lo que hacéis, y ojalá también os vaya todo genial.
Es una pena que haya sucedido esta crisis y no haya podido vivir mis últimos momentos como estudiante en Salesianos, porque seguro que los habría disfrutado al máximo. En realidad os echo de menos.De nuevo, gracias por estos cuatro maravillosos años, gracias por todo. Seguiré visitándoos alguna que otra vez, esto es solo un hasta luego.
Redacción: Irene, alumna de Salesianos-El Campello