Ha sido un recordar a Don Bosco cuando quiso premiar a sus muchachos repartiéndoles dulces y sabrosas castañas.
Aquellos alumnos de Don Bosco, testigos presenciales del hecho, no dudaron en tildar de «milagroso» el reparto de castañas con ocasión de la fiesta de Todos los Santos.
Don Bosco quiso premiar con reparto de castañas la actitud de sus jóvenes, siempre dispuestos a secundar sus iniciativas. Y, en aquel entonces, era un buen premio obsequiar con castañas, tan abundantes en el Piamonte italiano.
Había sucedido que, por confusión, en lugar de sacos de castañas, el comprador entendió kilos… y, por buen administrador que uno fuera, no había para todos…
En el momento de proceder al reparto, Don Bosco, seguro de sí mismo, confiado…, siguió repartiendo y -¡oh milagro!- hubo para todos.
Este ha sido el suceso que se ha recordado en Infantil, escenificando el hecho originario, con un «don bosco y una mamá Margarita» caseros, y con mucho humor.., con la presencia de un montón de madres y algunos padres que, vestidos al modo de aquella época, han interpretado a don Bosco y su madre…
El número de mamás que se han prestado a escenificar aquel acontecimiento ha ido yendo en aumento con el paso del tiempo…Todas ellas y ellos, vestidos a la usanza de aquel lugar piamontés, han distribuido entre sus hijos igualmente castañas y otros frutos de estos momentos.
¡Gracias a Jordi, Sandra, José Luis, profesores, tantas mamás y papás, prestos a visualizar la historia… para que Juan Bosco sonara a algo familiar en los más peques del colegio.
Un recordatorio -como muchos otros- que se van incrustando en sus experiencias escolares hasta conseguir un estilo, un modo de vivir la vida.
Redacción: Juan Pérez González